Fue una de las ciudades con mayor grado de urbanización en la época prehispánica, probablemente fundada por grupos Olmeca-xicalanca hacia el final del período Clásico Tardío. Su mayor apogeo corresponde al epiclásico mesoamericano, es decir, al período en el cual Teotihuacán dejó de ser el principal centro de poder en la región y pequeños Estados regionales rivalizaban entre sí por el control de las rutas de comercio. Cantona controlaba los recursos de la sierra Madre Oriental.
Se ha hecho poco trabajo arqueológico de investigación y rescate en el sitio y probablemente solo se puede ver cerca del 10% de lo que llego hacer en su momento de esplendor. Fue una de ciudad fortificada y con un alto grado de urbanización.
Cantona es considerada como el centro urbano más grande descubierto a la fecha en Mesoamérica. Las ruinas incluyen una red de caminos de más de 500 calles adoquinadas, más de 3,000 patios individuales o residencias, más de 24 juegos de pelota y una acrópolis muy elaborada con muchos edificios y templos ceremoniales.