Ayer te dije una vez más que te quería. Me diste una discreta mirada y en tus labios asomó una sonrisa. Continuaste leyendo. Esperaba que me dijeras algo, pero no hubo palabras.
Me levante y encendí la radio. Sonaba una preciosa melodía de Ray Coniff. Me senté de nuevo en el sofá y volví a mirarte, procurando absorber cada fragmento de tú ser, dejando que tú esencia me penetrará los sentidos. Quiero estar en ti, quiero que tú estés en mí. No me resigno con tenerte cerca.
Luego, hice un gran esfuerzo para contenerme y solo té mandé un beso en silenció. Me miraste de nuevo, al percibir mis pensamientos.
Tomé un libro del aparador que se encontraba a mi lado, lo abrí al azar y leí un poema * que decía:
“Me preguntas:
amistad o amor
te contesto:
No se llevan.
O te quiero en la amistad
o te quiero en el amor
En las dos como un silogismo
no caben tantas premisas
o te quiero en lo integral
o te estimo en lo parcial.
Porque para amistad
basta solo la mitad
para amar en lo total
hace falta lo integral
no con parches ni mitades
sino siempre, sólo
amar.”
Lo recordaba muy bien. Este es uno de tus poemas preferidos. Me lo has leído muchas veces, pero algo me dice que no lo entiendes. ¿O seré yo, que no comprende lo que tratas de decirme? No lo sé.
Nuestros días pasan y cada vez pides más de mí. ¿No té das cuenta que té he obsequiado mí alma? Mí ser, mis pensamientos, mis deseos y aún mas, la sangre que recorre mi cuerpo también está impregnada de ti. Té gusta que té amé; no aceptarías nada menos de mí. No obstante, tú, té conservas para ti.
Mientras la tarde bajaba su telón, en la estancia prevalecía un total silenció, a pesar del dialogo que había entre los dos. Así son las conversaciones del amor.
* Eduardo Luis Feher
Octubre 2009
Me levante y encendí la radio. Sonaba una preciosa melodía de Ray Coniff. Me senté de nuevo en el sofá y volví a mirarte, procurando absorber cada fragmento de tú ser, dejando que tú esencia me penetrará los sentidos. Quiero estar en ti, quiero que tú estés en mí. No me resigno con tenerte cerca.
Luego, hice un gran esfuerzo para contenerme y solo té mandé un beso en silenció. Me miraste de nuevo, al percibir mis pensamientos.
Tomé un libro del aparador que se encontraba a mi lado, lo abrí al azar y leí un poema * que decía:
“Me preguntas:
amistad o amor
te contesto:
No se llevan.
O te quiero en la amistad
o te quiero en el amor
En las dos como un silogismo
no caben tantas premisas
o te quiero en lo integral
o te estimo en lo parcial.
Porque para amistad
basta solo la mitad
para amar en lo total
hace falta lo integral
no con parches ni mitades
sino siempre, sólo
amar.”
Lo recordaba muy bien. Este es uno de tus poemas preferidos. Me lo has leído muchas veces, pero algo me dice que no lo entiendes. ¿O seré yo, que no comprende lo que tratas de decirme? No lo sé.
Nuestros días pasan y cada vez pides más de mí. ¿No té das cuenta que té he obsequiado mí alma? Mí ser, mis pensamientos, mis deseos y aún mas, la sangre que recorre mi cuerpo también está impregnada de ti. Té gusta que té amé; no aceptarías nada menos de mí. No obstante, tú, té conservas para ti.
Mientras la tarde bajaba su telón, en la estancia prevalecía un total silenció, a pesar del dialogo que había entre los dos. Así son las conversaciones del amor.
* Eduardo Luis Feher
Octubre 2009
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